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Cuándo aumentar la dificultad del ejercicio

Una buena forma de empezar a ganar fuerza es sentir que tus músculos se están cansando alrededor de la 15º vez que se completa un movimiento de ejercicio (repetición). La fatiga muscular suele manifestarse como una sensación de quemazón en el músculo que está trabajando.

Por ejemplo, al hacer sentadillas, es posible que sientas una "quemazón" en la parte superior de los muslos o caderas. Un cierto grado de fatiga (sensación de cansancio o de ardor en los músculos) es necesario para desarrollar la fuerza muscular; ¡no trates de evitarlo! El número de repeticiones que puedes completar manteniendo una buena postura durante todo el movimiento de un ejercicio puede indicarte si necesitas aumentar la dificultad. Hay una buena regla a seguir y es que puedes aumentar la dificultad de un ejercicio cuando puedes hacer más de 20 repeticiones sin cansar tus músculos (experimentando fatiga) mientras mantienes una buena técnica.

Importante: Mantener una buena técnica es esencial para prevenir lesiones durante el ejercicio. Una forma correcta consiste en completar el ejercicio en toda su amplitud de movimiento y mantener la misma velocidad durante toda la actividad. Perder la técnica puede ser una señal de que estás comenzando a fatigarte o que aumentaste la dificultad demasiado rápido. Para comprobar cómo te mueves, mírate en el espejo y compara tus movimientos con la animación del ejercicio. Pide también a un amigo, compañero o cuidador que compare tu forma de realizar el ejercicio con la animación.